Utilizamos para nuestras composiciones un código musical tradicional (estética, escalas, timbres, estructuras, conceptos...) entrelazado con los lenguajes contemporaneos para decir cosas nuevas, cosas nuestras, cosas de ahora con las que nos identificamos.
¿Qué hubiese pasado si la evolución, la síntesis y el hibridaje de las 
tradiciones musicales de La Mancha y de Castilla, y probablemente de toda la península no se hubiesen detenido en la primera mitad del S. XX; si nadie se hubiese empeñado en detener la presunta pureza de la música tradicional, si nadie desde la ciudad hubiese ido a las zonas rurales a evangelizar musicalmente hablando y a decirles cuál era su identidad -o mejor, la parodia de la misma- y cómo se debía conservar?
tradiciones musicales de La Mancha y de Castilla, y probablemente de toda la península no se hubiesen detenido en la primera mitad del S. XX; si nadie se hubiese empeñado en detener la presunta pureza de la música tradicional, si nadie desde la ciudad hubiese ido a las zonas rurales a evangelizar musicalmente hablando y a decirles cuál era su identidad -o mejor, la parodia de la misma- y cómo se debía conservar? Nuestra hipótesis es que hubiese seguido evolucionando, añadiendo más y más sustratos a ese terreno donde se arraigan las melodías, las cadencias... exactamente como lo hizo desde hace milenios.
Y eso es a lo que nosotros jugamos; seguir añadiendo influencias y tratar -humildemente- de ver todos estos mundos musicales simultaneamente. No tenemos una idea clara de si eso se consigue o no... y casi da igual: ¿quién quiere llegar a Itaca?
Falug
